Joan Miró, nacido en 1893 en Barcelona, fue un pintor, escultor, grabador y ceramista español, considerado uno de los máximos representantes del surrealismo pictórico. En sus obras reflejó su interés en el subconsciente, en lo infantil, en lo lúdico, y en la cultura de Cataluña. Aunque se le asocia con el arte abstracto por su estilo maduro de formas estilizadas e imaginarias, en su juventud se inició en la figuración, con fuertes influencias fauvistas, cubistas y expresionistas, pasando a una pintura plana con cierto aire naïf. A partir de su estancia en París, su obra se vuelve más fantasiosa y onírica, coincidiendo con los puntos del surrealismo e incorporándose a este movimiento.

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A varios años de su fallecimiento, su aportación a la historia del arte es reconocida a nivel mundial y sus cuadros son expuestos en los grandes museos de arte moderno, como el Moma en Nueva York, Tate Modern en Londres o el Centre Pompidou de Paris.